Textura y sensación: la textura de las cremas antienvejecimiento puede variar desde suave sedosa hasta rica aterciopelada. Están diseñados para absorber bien en la piel sin dejar un residuo grasiento, proporcionando una experiencia cómoda y nutritiva.
Aplicación: para obtener resultados óptimos, las cremas antienvejecimiento deben aplicarse después de la limpieza y la tonificación, centrándose en áreas de preocupación como la frente, los ojos y alrededor de la boca. Un masaje suave puede ayudar a estimular la circulación y mejorar la absorción.
Uso diario: la incorporación de una crema antienvejecimiento en su rutina diaria de cuidado de la piel puede ayudar a mantener un nivel constante de hidratación y protección. Es importante usar la crema tanto por la mañana como la noche para el cuidado continuo.
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