Apetito reducido: muchas píldoras de pérdida de peso, incluidos agonistas del receptor GLP-1 como la semaglutida, funcionan disminuyendo el apetito, lo que facilita la consumo de menos calorías.
Aumento de la quema de grasa: algunos medicamentos pueden aumentar la capacidad del cuerpo para quemar grasa, creando un déficit de calorías más grande.
Inhibición de absorción de grasas: las píldoras como Orlistat funcionan al inhibir la capacidad del cuerpo para absorber la grasa de la dieta.
Regulación hormonal: medicamentos como la semaglutida pueden estimular la liberación de hormonas que indican la saciedad, lo que potencialmente reduce la ingesta de alimentos en un porcentaje significativo.
Es importante comprender que si bien estos medicamentos pueden ayudar a perder peso, no son una bala mágica. Deben usarse junto con una dieta saludable y ejercicio regular. Además, todos los medicamentos para la pérdida de peso tienen posibles efectos secundarios y no son adecuados para todos. Siempre se recomienda consultar con un proveedor de atención médica antes de comenzar cualquier régimen de medicamentos para bajar de peso.
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